Pensar en buscar o decidir encontrar

De pensarlo a lograrlo
Autor: Ernesto Yturralde
Nivel de interés: Alto
Tiempo de lectura: 05 minutos
Recuerdo con total claridad aquella tarde en Guayaquil, en los años en que trabajaba en el Banco Continental. El sol se filtraba entre los edificios y dejaba un resplandor dorado sobre las calles cercanas al Malecón. Había quedado en encontrarme a las 17h15 con un compañero de la Universidad Laica en el restaurante El Melba, un lugar con sabor a tradición, paredes que parecían contar historias y ese aroma inconfundible de la cocina italiana que te abraza desde que cruzas la puerta.
Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, desde donde se podía ver el ir y venir de la gente en la calle. Entre sorbos de café y un ambiente relajado, él soltó una frase que me quedó grabada: “Estaba pensando en buscar trabajo ...”. Lo dijo como quien comenta una posibilidad lejana, sin demasiada urgencia, ni convicción.
Esa expresión me hizo detenerme un instante. “Estaba pensando” suena a un espacio mental cómodo, pero sin movimiento real. Es como observar un barco desde el muelle y preguntarnos cómo será navegar, sin dar el paso para subir a bordo; es imaginar, pero no actuar. Le respondí que el simple hecho de cambiar esas palabras podía marcar la diferencia. No es lo mismo decir “estaba pensando en buscar” que afirmar “voy a encontrar trabajo”. Una frase transmite duda; la otra, decisión.
Cuando alguien dice “voy a encontrar trabajo”, su cuerpo y su mente se alinean de forma distinta. Empieza a hacer llamadas, a actualizar su hoja de vida, a contactar personas estratégicas, a asistir a entrevistas con una energía diferente. Ya no espera a que aparezca la oportunidad, la provoca. En cambio, quien se queda en el “pensando en buscar” vive en un limbo. Revisa oportunidades esporádicamente, envía uno que otro currículum sin estrategia y deja que el tiempo se le escape entre los dedos.
Ese día, en El Melba, le compartí algo que aún repito en mis jornadas: “Las palabras que usamos no solo cuentan lo que pensamos, también crean lo que vivimos”. Si hablamos en condicional, nos llenamos de “quizás” y “algún día”. Si hablamos en afirmativo, nuestras acciones empiezan a moverse en esa dirección.
Claro, decir “voy a encontrar trabajo” no significa que mañana mismo aparezca una oferta, pero sí es encender las máquinas de la travesía. Y unas máquinas encendidas siempre tendrán más posibilidades de llegar que una embarcación anclada.
Ese cambio se nota; los reclutadores lo perciben, las personas lo sienten. Está en la postura, en la mirada, en la forma en que nos presentamos. La seguridad no se improvisa; la vamos construyendo desde nuestra propia convicción.
Le propuse que lo intentara, que dejara de “pensar en buscar” y comenzara a “decidir encontrar”. Que tomara cada día como una oportunidad para acercarse a ese objetivo.
Lo hizo. En las semanas siguientes comenzó a moverse con una determinación que antes no tenía o al menos yo no las percibía. Algunos días después en la universidad me comentó que había conseguido un nuevo trabajo. Lo celebramos como un triunfo compartido, porque en el fondo, lo era. Aquel momento me reafirmó que muchas veces lo que nos separa de nuestros objetivos no es la falta de capacidad, sino el lenguaje con el que nos hablamos.
Si hoy te escuchas diciendo “estaba pensando en ...”, detente y cámbialo por “voy a", es un giro aparentemente pequeño en las palabras, pero enorme en los resultados.
La vida laboral premia a quienes se atreven a zarpar, no a quienes se quedan en el puerto calculando si el viento soplará a favor, o no. El futuro que queremos, no llega, lo provocamos.
Todo empezó aquella tarde, con un café y una conversación en El Melba. Y terminó siendo una lección que llevo conmigo a cada jornada, a cada conferencia y a cada nueva historia que me regala la vida.
Para citar este artículo:
Yturralde, Ernesto (2025). 'Pensar en buscar o decidir encontrar'. Recuperado de https://yturralde.com/articulo-pensarlo-o-lograrlo.html








